Los adultos mayores, discapacitados y dependientes dependen de los asilos de ancianos para recibir la mayor parte, si no la totalidad, de su atención diaria, que incluye comida, agua, medicamentos, aseo, aseo personal y estimulación social y física. Las leyes sobre negligencia en asilos de ancianos abarcan a los gobiernos federales y estatales, que establecen estándares uniformes para que los asilos de ancianos brinden una atención adecuada a los residentes y garanticen su protección y seguridad. Sin embargo, debido a que los asilos de ancianos no cuentan con personal suficiente y, por lo general, el personal está mal pagado, millones de adultos mayores y dependientes sufren negligencia y abuso de manera recurrente. Ya sea que se trate de un incidente aislado que causa una lesión o de negligencia o abuso recurrente, la víctima o su pariente más cercano tienen derecho a presentar reclamos contra el asilo de ancianos de acuerdo con las leyes sobre negligencia en asilos de ancianos. Si se determina que el asilo de ancianos es negligente o abusivo, la víctima y/o su pariente más cercano generalmente recibirán una compensación monetaria y el asilo de ancianos podría perder su certificación por no brindar la atención esperada (lo que lleva a una pérdida de fondos federales).